martes, 12 de agosto de 2014

El pescador y su mujer:

Animación a la Lectura
"Cuéntame un Cuento"
El pescador y su mujer: Allá por los tiempos de Maricastaña vivía un pescador muy pobre con su mujer en una choza. Todos los días salía a pescar al mar, echaba las redes y esperaba a ver lo que cogía para ir a venderlo. Como casi siempre cogía muy poco, pues no salían de la miseria.
Un día pescó un pez muy grande , muy grande , y cuando ya lo tenia fuera, dice el pez:
-Suéltame Juan y te daré todo lo que tu quieras.
El hombre se quedó muy sorprendido y lo dejó escapar sin más. Cuando llegó a su casa y le contó a su mujer lo que le había pasado, esta se enfadó mucho y empezó a gritar:
-¡Pero mira que eres tonto! ¡Sabiendo que no tenemos ni que comer! ¡Y donde vivimos! ¿Es que te gusta vivir en una choza? ¡Si vuelves a coger a ese pez, dile que nos de mucho dinero!
Juan volvió a pescar al día siguiente y otra vez sacó el mismo pez en sus redes. Este le preguntó:
-¿Qué quieres Juan?
Y dice Juan:
-Yo no quiero, que la que quiere es mi mujer.
¿Y qué quiere tu mujer?
Pues quiere mucho dinero.
-está bien, móntate en mi lomo. No tengas miedo, hombre, móntate.
Se montó Juan en aquel pez de escamas maravillosas y se perdieron en las profundidades del mar. Nadando, nadando llegaron a un palacio de cristal todo lleno de tesoros.
-Coge lo que quieras y se lo llevas a tu mujer- dijo el pez.
Juan llenó un bolsillo de monedas de oro y , cuando llegó a su casa, se los entregó a su mujer. Esta se puso muy contenta, pero, como tenía tantas ganas de gastarse el dinero, no le duró mucho tiempo y se puso a decirle a su marido:
-anda Juan, que se nos va a acabar el dinero. Vete a pescar y le dices a ese pez que queremos vivir en un palacio.
Juan se volvió al mar con sus redes y otra vez salió el pez.
-¿Qué quieres Juan?
Y dice Juan:
-Yo no quiero, que la que quiere es mi mujer.
¿Y qué quiere tu mujer?
-Pues ahora quiere un palacio.
-Esta bien. Vuélvete a tu casa, que la hallarás convertida en un palacio.
Así lo hizo Juan. Cuando llegó y quiso entrar, unos criados lo pararon a la puerta. Tuvo que porfiar con ellos y decirles que hablaran con la dueña, que era su mujer. Por fin salió ella, vestida como una gran señora y lo dejaron pasar.
A los pocos días, la mujer ya estaba aburrida de vivir en un palacio y dice:
-Mira, Juan,, vas a ir y le dices a ese pez que queremos ser rey y reina.
Juan fue y le contó al pez lo que pasaba.
-¿Qué quieres Juan?
Y dice Juan:
-Yo no quiero, que la que quiere es mi mujer.
¿Y qué quiere tu mujer?
-Pues ahora se le ha antojado ser reina, y que yo sea rey.
-Está bien, hombre. Vuélvete y encontrarás a tu mujer sentada en un trono.
Volvió Juan en su barca y, cuando llegó al palacio, vió a su mujer sentada en un trono, rodeada de condes, duques y lacayos.
Al poco tiempo de vivir así, dice:
-¡Ay, Juan, corre y dile al pez que queremos que el sol solo salga para nosotros!
Otra ves fue Juan y le pregunta el pez:
-¿Qué quieres Juan?
Y dice Juan:
-Yo no quiero, que la que quiere es mi mujer.
¿Y qué quiere tu mujer?
-Ni mas ni menos que el solo solo salga para nosotros.
-Anda, vuelvete a tu casa- dijo el pez, y desapareció en el mar.
Cuando Juan volvió al pueblo, en vez del palacio estaba otra vez la choza, y en la puerta su mujer llora que llora.
 

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