martes, 12 de agosto de 2014

El Zorro y el Caballo

"Cuéntame un Cuento"
El Zorro y el Caballo
 
-Te tengo mucho cariño- dijo una campesina a su caballo-, pero si no me demuestras que tienes fuerzas suficientes para cazar a un león, tendré que echarte de mi granja. –si no tengo fuerzas para trabajar – se lamento el caballo-¿Cómo voy a poder cazar un león?
La campesina, sin hacer caso de las lamentaciones del caballo lo abandono en medio del bosque. _¿por qué estas triste? Le preguntó un zorro. -porque mi dueña me ha echado de casa, y solo volverá a admitirme si consigo capturar un león. -Voy a ayudarte- prometió el zorro.
-Échate en el suelo y estira las patas como si estuvieras muerto. El caballo sin comprender lo que el zorro se proponía, hizo lo que éste le indicó. -No te muevas-le recomendó el zorro, que voy a buscar un león. Todo saldrá bien no te preocupes.
-En el bosque hay un caballo muerto-dijo el zorro al león-. Ven conmigo y podrás conseguir un buen bocado. -¡hum! –comentó el león, no me fío de ti, pues eres un animal muy astuto. -Te aseguro que digo la verdad- afirmó el zorro-. Acompáñame, amigo, y podrás darte un buen banquete.
El león se dejó convencer al fin por las palabras del zorro y se fueron al lugar donde esperaba el caballo, fingiéndose el muerto. -Aquí no te lo podrás comer con facilidad-dijo el zorro-pues en este lugar está lleno de moscas. Te ataré el caballo y así podrás llevártelo a tu guarida y comértelo sin que nadie te moleste.
El león, sin desconfiar, se dejo atar al lomo del caballo que él creía muerto. -¿No haces los nudos demasiado fuertes? –preguntó. -¡Claro que no!-respondió el zorro-¿Es que quieres perder tu presa por el camino? No hay que hacer las cosas a medias, ¿no te parece?
Cuando el león estuvo bien atado, el zorro dio una palmada sobre las ancas del caballo y le dijo:-¡vamos amigo! Ya puedes ir al encuentro de tu dueña y demostrarle que, a pesar de estar viejo y enfermo, has podido cazar un león. -¡Eh!- protestó el león-¿Qué broma es esta? No acabo de entender lo que ha sucedido.
El caballo se echó a correr y, aunque la carga le pesaba mucho, no se detuvo a descansar ni una sola vez. ¡Soltadme!¡soltadme!- rugía el león-. Os castigaré a los dos por haberme engañado.¡Soltadme! Pero el caballo no le hizo el menor caso y siguió trotando hacia la granja de su dueña. El león se puso tan furioso que se desmayó de rabia.
El zorro y el caballo aprovecharon la ocasión y ataron al rey de la selva a un árbol que había junto a la granja. -¡Me habéis engañado! –se lamentó el león-¿Nunca más volveré a fiarme de ti, zorro entrometido! El zorro llamó llamó a la puerta de la granja y la muchacha Salió a recibirles. -Tu caballo ha cazado un león, granjerita.
Ha demostrado su fuerza su habilidad y ahora tendrás que cumplir tu promesa. -¿Dónde está el león?-preguntó la granjera-.No me fío de tus palabras, zorro. El zorro y el caballo condujeron a la granjera hasta el árbol donde estaba atado el león. -¿Qué te parece?-preguntó el zorro- Ya ves como tu caballo es mas fuerte de lo que parece.
-¡Vaya sorpresa!-exclamó la muchacha- Nunca supuse que sería capaz de capturar un león. La granjera volvió a admitirlo en su cuadra y le ofreció un pienso extraordinario, diciéndole: -ahora te quedarás conmigo para el resto de tu vida. El caballo que era agradecido, no olvidó nunca a su amigo el zorro, pues, gracias a él volvió al hogar
 

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